Ante el tiempo de las malezas por Ana Blanchard
(Con la llegada de la primavera pasada, decidí recorrer y re-conocer el territorio que habito, con detención y en profundidad; una deriva existencial, que inició caminando con rumbo norte de Reñaca a Concón; fue así como empecé a sumergirme desde lo emotivo, desde una inversión afectiva hacia un nuevo horizonte -otras formas de vida- hacia un ecosistema único y que se encuentra amenazado por la creciente expansión inmobiliaria.)
Saliendo del hogar, la mismidad fue perturbada en el encuentro, con la presencia del tiempo en lo nimio; y como epifanía en primavera, la abundancia de otras formas de vida, se abrían paso entre el asfalto; desde la vereda de las plantas fui invitada a detenerme, quedando prendada por la fortaleza y los maravillosos cromatismos de doñas Malezas.
Frente al enamoramiento a primera vista, prontamente me dispuse a armar la teatralidad de la escena, con la intención de presentarlas y conservar la huella de su existencia en resistencia.
Luego de suspenderlas en un tiempo infinito y como un gesto amoroso, acaricié la superficie de su muerte, con delicadas pincelada de color, que fueron maquillando la luz de sus pétalos y de su cuerpo descolorido. Este fue mi gesto de rendir tributo a su resiliencia y resistencia desapercibida; agradeciendo el regalo dado por la Naturaleza, quien me obsequió en cada paso, hermosos ramilletes de flores durante este camino.